Satélite Sucre: Herramienta para la planificación social de la Patria


El proyecto, que inició en el año 2014, impulsa el desarrollo económico de la nación y la formación en materia espacial de ciudadanos venezolanos.

Luego de tres años de arduo trabajo, Venezuela incursiona nuevamente en el espacio. Esta vez con un segundo satélite de observación bautizado como Sucre (VRSS-2) que cuenta con una cámara de alta definición y otra infrarroja para realizar diagnóstico de suelos, recursos hídricos, levantamiento cartográfico y ayudar en la prevención de movimientos sismológicos.

El VRSS-2 es un satélite de órbita baja que orbitará a 650 Km de altura en trayectoria síncrona con el sol y recorrerá de norte a sur toda la Tierra. A diferencia del Simón Bolívar (VENESAT-1) y el Miranda (VRSS-1), éste dispositivo fue diseñado, ensamblado, integrado y probado de forma conjunta por ingenieros chinos y venezolanos gracias al contrato para la construcción, lanzamiento y pruebas del Sistema Satelital VRSS-2 que incluye transferencia tecnológica, firmado por el Gobierno Bolivariano con la empresa asiática Corporación Industrial Gran Muralla China (CGWIC, por su sigla en inglés).

Gracias a este convenio más de 100 profesionales, algunos desde China y otros en Venezuela, han impulsado su formación en materia espacial participando en las diferentes fases de desarrollo del programa. El objetivo es que este grupo de especialistas se conviertan en multiplicadores de esa enseñanza en suelo venezolano.

De acuerdo con Mariano Imbert, director del Programa Sucre de la Agencia Bolivariana para Actividades Espaciales (ABAE), la vida útil de diseño del VRSS-2 es de cinco años, sin embargo por la confiabilidad de los componentes y subsistemas ese tiempo se podrá extender hasta dos años o más.

Éste satélite fue concebido como reemplazo del satélite Miranda, el cual fue lanzado en 2012 y ya en 2017 culmina su vida útil de diseño, sin embargo su tiempo de uso se podrá extender por un año o más de acuerdo a estimaciones preliminares. Destacó Imbert que para la ABAE y para el Estado venezolano es importante dar continuidad al programa de percepción remota que nació a partir del lanzamiento del VRSS-1, ya que actualmente diferentes instituciones y empresas del país utilizan las imágenes satelitales de forma continua.

Asimismo, el Director del Proyecto Sucre explicó que desde su lanzamiento este 9 de octubre, inició la fase de pruebas en órbita del satélite, tanto a nivel de plataforma como a nivel de carga útil. “Este periodo de pruebas culminará en Enero de 2018. Se espera que la entrega final del satélite sea a mediados de ese mismo mes, de acuerdo al contrato firmado originalmente que de hecho no ha tenido retrasos importantes”.

El Satélite Sucre fue lanzado desde la ciudad de Jiuquan, a las 12:13 horas aproximadamente (medio día en China y media noche en Venezuela), desde un cohete denominado Larga Marcha 2D (LM-2D) que tiene en su haber un total de 31 lanzamientos exitosos, con procesos de control de calidad rigurosos tanto en su construcción como en las pruebas en el sitio de lanzamiento.

 

Venezuela y su balance en materia satelital

“Luego del lanzamiento de los satélites Simón Bolívar (2008) y Miranda (2012) Venezuela ha logrado independizarse en gran medida de la adquisición o alquiler de capacidades satelitales provenientes del sector privado. Esto ha significado un gran ahorro para la nación, tanto para el sector de telecomunicaciones como para el área de percepción remota, ya que estos servicios que prestan empresas transnacionales tienen un costo muy elevado para la República anualmente”.

Esta valoración hecha por el Director del Proyecto Sucre confirma que el programa espacial venezolano ha logrado cumplir con su misión prioritaria : asegurar que el Estado tenga independencia en sus telecomunicaciones satelitales y en percepción remota, para diferentes aplicaciones.

“Es importante mencionar que Venezuela tiene una gran demanda de capacidades satelitales tanto en el área de telecomunicaciones como en percepción remota, por lo que con un solo satélite no se cubren todas las necesidades que se tienen, de manera que aún se requiere alquilar o adquirir capacidades de otros satélites pero en menor medida si comparamos la situación antes del lanzamiento de nuestros satélites”, detalló Imbert.

Por esta razón, para los próximos programas satelitales de telecomunicaciones ya la ABAE está trabajando con CANTV y otros usuarios de esta tecnología para llevar a cabo la planificación estratégica y poder cubrir con las demandas de telecomunicaciones con los próximos satélites.

Conatel: pieza fundamental en la carrera espacial

La Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información (MippCI), es el organismo facultado para solicitar ante la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) la órbita de este nuevo dispositivo.

Al momento de hacer la solicitud, el país interesado debe notificar qué clase de satélite desea poner en la órbita y posteriormente, se determina si éste no pondrá en riesgo la transmisión de aquellos que ya se encuentran en el espacio.

Una vez hecha la petición, la UIT envía a Conatel una lista de países -que poseen satélites cercanos a la órbita que recibirá al Sucre- para que se notifique el lanzamiento del nuevo dispositivo y éstos indiquen si las emisiones del mismo pueden interferir con las de los aparatos que ya se encuentran en el espacio.

Periodista: Andreína Ramos

Fotos: ABAE


8 octubre, 2017




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