Fábrica Sin Patrón, productividad en la adversidad

Los documentales muestran y comprueban la realidad voraz del capitalismo y cómo atropellan a cientos de trabajadores para quedarse con todo el beneficio económico de un país.

“Es impresionante que un grupo de trabajadores decida acampar en las afueras de una fábrica y luchar durante dos años para que ésta quede en sus manos. ¿Por qué lo hacen? ¿Qué fuerza los motiva?”, es la reflexión de Mabel Silva, productora ejecutiva del seriado Fábrica Sin Patrón, que devela el corazón de una lucha esencial.

Son muchas las razones para hacer un documental en este momento histórico. El montaje de una realidad paralela por las corporaciones mediáticas, presenta en “clave informativa” un horizonte tenebroso, de espaldas a la realidad de la gente, con la finalidad de robar sus esperanzas

El equipo de Fábrica Sin Patrón está claro de la urgencia por visibilizar las respuestas del pueblo ante la agresión económica y política, y es así como, de manera resuelta, reciben el apoyo financiero del Fondo de Responsabilidad Social de CONATEL.

“El proyecto se vincula con investigar cuáles empresas, luego de un proceso de expropiación, nacionalización u ocupación por parte de los trabajadores, están operando exitosamente”, devela Silva, y agrega que “hay un común denominador: los patrones cerraron estas fábricas -o pretendieron hacerlo- y los obreros las tomaron, permaneciendo meses y hasta años en condiciones muy duras, sin cobrar sueldo”.

David contra Goliat
En la experiencia, “la palabra transformación es estratégica y fundamental, pero sobre todo son historias conmovedoras”, acota Mabel, antes de abrirnos una ventana hacia el proceso intenso de registro, retrato de un país combatiendo por abolir la dominación trasnacional, en forma de tenaza productiva.

“La historia de estos trabajadores es, vista en micro, la misma de Venezuela, enfrentada con el imperio y los intereses que siempre han intentado dominarla. El documental muestra y comprueba esa realidad voraz del capitalismo, (de cómo) atropellan a cientos de trabajadores, para quedarse con todo el beneficio económico. Se evidencian las excusas que estas empresas privadas usaron para cerrar, o por qué el empresario fue a paro en 2002, o como estrategia para no entregar parte de sus beneficios o no pagar pasivos laborales”.

Conscientes de la necesidad de elaborar un trabajo sin fisuras, para desmontar el manejo distorsionado de una realidad -tangible ya en más de 500 fábricas-, los realizadores apelaron a la mínima intervención.

“Te das cuenta de la mentira que ha prevalecido en los medios respecto al proceso de expropiación, (entonces) esta historia la cuentan sus protagonistas, los trabajadores. No intervenimos más que en lo indispensable en la situación, no hay locutor, sólo (el apoyo de) letreros descriptivos. Escuchamos de primera mano una historia de lucha que hoy presenta como resultado fábricas productivas”, destaco Silva.

“Además -prosigue- hay también referencias a material de archivo, más una recreación minimalista, vinculada a detalles muy sencillos. Veremos a los obreros en sus espacios de trabajo y en sus hogares, la idea es llegar hasta la intimidad para entender su transformación, no sólo como trabajadores sino como seres humanos. Hicimos 66 entrevistas, en las cuales permitimos un desarrollo extenso, sin presión, ni apuro”.

Del pueblo para el pueblo
En los programas visualizamos distintas áreas de incidencia productiva y una presencia incontestable de los trabajadores en el cambio de un concepto agotado de propiedad. “Hay alimento, industria, construcción, es una buena muestra (…) Trabajamos con Rialca, que hace rines de aluminio para vehículos y le vende su producción a Venirauto. También con y Alfareros del Gres, dedicada a la producción de bloques, aunque antes hacían baldosas, y en consejo de trabajadores decidieron cambiar hacia ese rubro fundamental para la construcción de viviendas”.

Igualmente, con Venvidrio, que hace envases de vidrio, abasteciendo 85% del mercado nacional y 100% de los frascos de medicinas y compotas. Fue un hallazgo impactante, pudieron contra la Owens-Illinois, a pesar de presiones insólitas de esa trasnacional norteamericana. Por otro lado, Inveval, ubicada en Los Teques, estado Miranda, es una empresa que hace válvulas para la industria, de dimensiones gigantes, y es una de las primeras con control obrero, llegando los trabajadores a la junta directiva.

Finalmente, La Gaviota, enlatadora de sardinas, pepitonas y atún, tiene una de las historias más apasionantes, por la gran presencia femenina en las plantas. “Estas mujeres orientales han tenido la fuerza y la entereza de enfrentar todas las dificultades para seguir produciendo”.

 

Fábrica de conciencia
En un proyecto que apunta a entregar seis capítulos en octubre próximo, luego de un lapso intenso de pre-producción y rodaje estimado en 47 días continuos, Fábrica Sin Patrón responde a una filosofía, al compromiso con una realidad que no deja de asombrarnos. “Como venezolanos debemos detectar de dónde vienen las mentiras. Este seriado es una oportunidad para hacerlo, ya que hablan de hombres jóvenes, mujeres y personas de la tercera edad, (porque) no hay edad para transformar tu vida y la de tu país en beneficio de quienes te rodean. Esto lo hace a uno confiar, recobrar tranquilidad, centrarse y fortalecer la conciencia política y social que necesitamos”, concluye Silva.