EEUU impulsa pacto para comerciar datos personales

El Acuerdo de Comercio de Servicios tratará la información sensible de millones de personas de al menos 50 países como una mercancía y su contenido sería ley en los países que lo adopten.

El Acuerdo de Comercio de Servicios (TISA, por su sigla en inglés) -que actualmente discuten 50 países- permitirá a las grandes corporaciones internacionales comercializar y exportar a paraísos fiscales los datos personales de millones de ciudadanos.

Las multinacionales tendrán carta blanca para almacenar, procesar o transferir información personal “siempre que esa actividad esté en conexión con la gestión de negocio de esa empresa”, lo que significa que los datos sensibles de las personas afectadas serán tratados como una mercancía.

Esta información la publicaron 12 diarios de diferentes países que tuvieron acceso a 17 documentos filtrados recientemente por Wikileaks, que muestran el objetivo real del acuerdo impulsado por Estados Unidos y la Unión Europea: “barrer de golpe con todos los derechos soberanos de los gobiernos involucrados y obligar a esos Estados a conceder licitaciones por criterios puramente económicos”, reseñó Público.

El TISA promueve la liberalización a escala global del comercio de servicios y pretende regular de manera supranacional los sectores telecomunicaciones, transporte, salud, financiero, entre otros.

“Estos servicios son tratados por el acuerdo como transacciones comerciales entre un proveedor y un consumidor, dentro de un mercado que debería estar sujeto a una regulación suave y basada en el mercado, dejando de lado las funciones sociales, culturales y de desarrollo que cada uno cumple en la vida de los países”, señaló el análisis de Wikileaks.

Esta concepción imperialista contrasta con lo estipulado en la Constitución venezolana, donde se considera como derechos indispensables para el desarrollo y el buen vivir de sus ciudadanos, precisamente a cada uno de los servicios que involucra el texto del TISA.

Más control, menos derechos
Según las filtraciones, los artículos tres y cuatro del Acuerdo de Comercio de Servicios intentan establecer un mínimo marco para la protección de los datos de los consumidores, al que se supeditarán las normativas nacionales, regionales y locales de los firmantes. Pero Estados Unidos y la Unión Europea apuestan a menos regulación e insisten en que los Estados no deben impedir que las multinacionales manejen los datos personales a su antojo.

Por el contrario, el artículo ocho -que habla de las Redes Abiertas y del Acceso y Utilización de la Red- sí cuenta con la aprobación del Gobierno estadounidense porque estipula que se ejercerá cierto control sobre Internet.

“Cada parte reconoce que los consumidores de su territorio, y en base a las leyes y normativas deben poder acceder y utilizar aplicaciones de su elección disponibles en Internet, sujetas a una razonable administración de la red”, reza el articulo sin aportar un solo detalle sobre esta “razonable administración”.

Quienes impulsan el TISA, considerado por activistas políticos de la izquierda mundial más antidemocrático y neoliberal que el Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP, por su sigla en inglés), pretenden que siga clasificado, oculto al conocimiento público, durante otros cinco años, tiempo en el cual ya entre en vigor para pueda condicionar el 68,2 por ciento del comercio mundial de servicios.

Snowden explicó cuáles son las contraseñas más seguras para proteger los datos y privacidad de los usuarios http://t.co/dNSTzQgXM0

— Conatel Venezuela (@Conatel) April 19, 2015

Los países que según los reportes han suscrito el acuerdo -hasta ahora- son: Estados Unidos, Pakistán, Paraguay, Australia, Canadá, Chile, Taiwán, Hong Kong, Islandia, Israel, Japón, Liechtenstein, Nueva Zelanda, Noruega, Corea del Sur, Colombia, Costa Rica, México, Panamá, Uruguay, Perú, Turquía y las 28 naciones que conforman la Unión Europea. Juntos comprenden dos tercios del Producto Interno Bruto mundial.

El contenido de TISA tendrá categoría de ley y según el investigador Ben Beachy, de la organización estadounidense Public Citizen, si sus cláusulas se ponen en práctica la economía internacional afrontará un claro e inminente peligro de sufrir un colapso global más profundo que la Gran Recesión de 2008 de la que aún no hemos salido.