Angostura: Vigencia del pensamiento político bolivariano

Hace 200 años fue instalado el Congreso de Angostura, obra del Libertador Simón Bolívar y eje fundacional de lo que hoy somos como Nación.

El Congreso de Angostura fue un establecimiento político, y sirvió como una organización constituyente que sería la continuidad para hacer la nueva Constitución, así lo indicó el gerente de Responsabilidad Social y Participación de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), Erick Rodríguez Miérez.

La visión del Congreso fue inspirada por los ideales que Bolívar recibió de Francisco de Miranda, quien buscaba la unión de toda la América, así como la independencia, la soberanía y la integración territorial.

Considerado el segundo congreso constituyente de la República, se convocó en el marco de una guerra, un conflicto, en el que la mayor parte de la independencia de Venezuela estaría en peligro mucho tiempo después, pero vigente. Bolívar, como Jefe Supremo y Capitán de los Ejércitos, tuvo que invocar el sentido de unidad para tener una comprensión territorial y organizarse para saber qué defender. Al hecho asistieron 30 diputados de Caracas, Cumaná, Margarita, Barcelona y Guayana, y la presidencia del Congreso quedó en manos del colombiano Juan Francisco Zea, quien luego fue imputado por crímenes de peculado, Bolívar le calificó como ”la mayor calamidad de la Patria”.

Entre los representantes más destacados presentes en esa junta destacaron: Juan Germán Roscio por Caracas, Santiago Mariño y Tomás Montilla de Cumaná, Rafael Urdaneta por Barinas, junto a Ramón Ignacio Méndez, y Antonio Briceño, Fernando Peñalver y Pedro León Torres por Guayana, y por Margarita Manuel Palacios Fajardo.

Resaltaron las palabras de El Libertador en su discurso que duró una hora en la que analizó la situación política del país, además abarcó la visión de integración y unidad territorial, que era fundamental entre Quito, Nueva Granada y Venezuela.

En este Congreso, El Libertador llamó a dictar ”leyes propias, justas, legítimas, y, sobre todo, útiles. No olvidando jamás que la excelencia de un gobierno no consiste en su teórica, en su forma, ni en su mecanismo; sino en ser apropiado a la naturaleza y al carácter de la Nación para quien se instituye”, escribió Bolívar.

En un momento crítico, como el de esa época, no había otra opción que construir una patria unida, y la construcción de una nueva Constitución, y esas ideas de El Libertador transcienden a otros ámbitos, y destacó el compromiso al denominado ”moral y luces”, significando éstos los principios, los valores, la lealtad y las ganas de crear una América libre, unida, grande y poderosa, y al estarlo, su bandera sería la paz y sería respetada como nación.

“Si no hay cohesión, la hostilidad se hará permanente en un país”, afirmó Rodríguez.

Es así como luego de esta exposición de sus ideales, Bolívar entregó su espada ilustre, Zea es juramentado, y el cuerpo por unanimidad le retorna el poder y El Libertador se dirige al sur a garantizar la libertad de las naciones.

“La moral y las luces, junto a la comprensión de la nación, debe ser la vía que nos garantice la Venezuela que Bolívar quiso, y que otros próceres como Miranda, Sucre, Zamora trazaron el camino en la historia”, indicó.

Este congreso terminó el 31 de julio de 1821, y duró dos años y medio. Lo que destacó de este acontecimiento es la visión de unidad al crear esta gran República, y la invocación del discurso, en tiempos difíciles, cuando la independencia está en juego, cuando hay amenazas, está la necesidad de garantizar el acto de nuestra soberanía.

“Este discurso sirvió de guía para que Bolívar siguiera liberando naciones, hoy más que nunca hay que invocar ese discurso, en sus 200 años posee fuerza y vigencia”, finalizó Rodríguez.

Periodista: Rebeca González